viernes, 31 de marzo de 2017

REEDICIÓN REVISTA 'AMOR Y RABIA', 35: «IRRACIONALISMO»

El presente número que hemos reeditado fue publicado hace 20 años, el 15 de marzo de 1997. El texto fue escrito por Ernesto Mila y aparecido originalmente en la revista El Viejo Topo en octubre de 1996. 




Descripción de la Fundación Salvador Segui: Bajo la denominación de New Age se agrupan una diversidad de prácticas religiosas, terapeúticas, culturales, políticas, etc. El estudio de corte crítico incluye un glosario de la New Age y nombres propios de la «Nueva Era», así como diversos gráficos de su evolución en el siglo XX.



domingo, 26 de marzo de 2017

REVISTA 'AMOR Y RABIA', 68: «AMOR PLATONICO»

En este nuevo número de la revista AMOR Y RABIA publicamos la «Historia sin palabras» (Geschichte ohne Worte), de Frans Masereel. No es esta la primera vez que Masereel se pasea por las páginas de nuestra revista: hace veine años (¡veinte años!) publicamos «La Idea» en el Número 43 (1 de noviembre de 1997). Estas xilografías, un antecedente del cómic, fueron publicadas por primera vez en 1920 y reeditadas en 1927, con una introducción de Max Brod, el amigo y editor de Kafka.


Muchos artistas han imitado la falta de compromiso social de Andy Warhol, que prefería dibujar latas durante la década de los 60 en lugar de formar parte de las protestas contra la agresión americana a Vietnam. Masereel era justo lo contrario: pacifista convencido, se exilió en Suiza a comienzos de la Primera Guerra Mundial para evitar ser movilizado, instalándose en Ginebra. Entre 1916 y 1919 publicó, junto al anarquista Claude Le Maguet, la revista pacifista Les Tablettes, y en paralelo se dedicó a denunciar la locura militarista. Posteriormente, tras la Revolución Rusa, se posicionó con claridad a favor de la Unión Soviética y participó en numerosas actividades de signo pacifista y antifascista.

El 3 de enero de 1970, a los 83 años de edad, Frans Masereel dejó de herencia al mundo su obra y sus ideas, «Si alguien desea resumir mi obra en pocas palabras», comentaba, «puede decir que está dedicada a los atormentados y dirigida contra torturadores en todos los ámbitos de la vida social y espiritual. Que habla a favor de la fraternidad de la humanidad y en contra de todos cuyo objetivo es poner a las personas en conflicto entre sí. Se dirige a los que desean la paz y da la espalda a los belicistas».

Portadas de la primeras ediciones alemana
y francesa de HISTORIA SIN PALABRAS (1920)

La obra de Masereel ha logrado sobrevivir a la explosión creativa del período de entreguerras, previo al apocalipsis fascista que se fue fraguando de manera paralela y desembocaría en la Segunda Guerra Mundial. Conocidos autores contemporáneos han dejado constancia de su admiración por la obra de Masereel: Thomas Mann, que escribió el prologo para Mon livre d’heures (Mi libro de horas, 1919), cuando le preguntaron que película de todas las que había visto, le había conmovido mas, contesto precisamente Mon livre d’heures. Y Stephen Zweig escribió sobre el autor: «Si todo desapareciera, todos los libros, las fotografías y los documentos, y solo nos quedaran los grabados que ha creado Masereel, a través de ellos tan solo podríamos reconstruir nuestro mundo contemporáneo» Además de respeto, el arte de Masereel daba miedo, por lo que sus obras fueron prohibidas por el régimen nazi.

Con este número volvemos a tratar el tema del amor, tan importante como complejo, que ya tocamos en el Número 16, «Contra el Amor» .
 


sábado, 18 de marzo de 2017

REEDICIÓN REVISTA 'AMOR Y RABIA', 39: «CONTRA LA PSIQUIATRÍA»

El presente número que hemos reeditado fue publicado hace 20 años, el 28 de marzo de 1997. Por desgracia -y por las prisas- este número tuvo varios errores de maquetación que hacían dificil el poder entender algunos pasajes del texto. Para esta reedición hemos correjido esos errores. 







jueves, 16 de marzo de 2017

SOCIALISMO ENTRE COMILLAS

 Ya que en este año conmemoramos el Centenario de la Revolución Rusa de 1917, os pongo un texto (de 1921) que refleja lo que supuso la toma del poder ruso por los bolcheviques... Luego vendrían Stalin, la Guerra Fría, el Pacto de Varsovia, etc., hasta su final en 1991.

El 16 de marzo de 1921 (poco antes del último asalto que pondría fin a la rebelión de marinos, soldados rojos y obreros de la revolucionaria Kronstadt) salía publicada en el IZVESTIA de Kronstadt este artículo titulado: «SOCIALISMO ENTRE COMILLAS», redactado por el Comité Revolucionario Provisional que encabezaba la rebelión de esta ciudad-fortaleza (base naval de la Flota del Báltico) en la isla de Kotlin, a unos treinta kilometros al oeste de Petrogrado, en el golfo de Finlandia. Isla de larga trayectoria revolucionaria que se amotinó entonces contra el poder bolchevique (previamente lo hizo contra el zarismo y el Gobierno Provisional burgués) defendiendo totalmente el original lema revolucionario de «Todo poder para los soviets», lema traicionado por Lenin y sus secuaces en el Gobierno (que hipócritamente se llamaba Soviet de los Comisarios del Pueblo).

Tras tres años de guerra civil, la imposición del llamado 'Comunismo de Guerra' y las carencias de existencias provocó sucesivas revueltas campesinas en el país y las huelgas generales de trabajadores en Moscú y Petrogrado, duramente reprimidas por «el gobierno de obreros y campesinos» de la llamada «patria del socialismo». La población de la isla-fortaleza se sumó a la protesta  —foco de fuerte tradición rebelde y de muchos motines antiautoritarios, hasta Trotski (el gran verdugo) llegó a denominarla «el orgullo y gloria de la revolución»y estableció durante un tiempo un soviet libre, que terminó duramente reprimido por el Ejército Rojo, después de una lucha sangrienta y encarnizada. Un reflejo más de lo que Lenin y Trotski sembraron y después cosechó Stalin y los que le siguieron al frente de la URSS...
Helsinki, verano de 1918, marinos de Kronstadt
durante la guerra civil finlandesa.


Al hacer la Revolución de Octubre los marinos y los soldados rojos, los obreros y los campesinos vertieron su sangre por el poder de los soviets, por la creación de una República de trabajadores. El partido bolchevique prestó estrecha atención a las actitudes de las masas. Al inscribir en su bandera seductoras consignas que agitaron a los trabajadores, logró atraerlos a su campo y les prometió conducirlos a un brillante reino del Socialismo, que sólo los bolcheviques sabían cómo erigir.

Naturalmente, una alegría sin límites se apoderó de obreros y campesinos. «Por fin la esclavitud que hemos soportado bajo el yugo de los terratenientes y los capitalistas se está transformando en una leyenda», pensaron. Parecía que hubiera llegado la época del trabajo libre en los campos, fábricas y talleres. Parecía como si todo el poder hubiera pasado a manos de los trabajadores.

La habilidosa propaganda llevó a los hijos del pueblo trabajador a integrar las filas del partido, donde fueron aherrojados por una severa disciplina. Luego, cuando los comunistas se sintieron suficientemente fuertes, primero desalojaron del poder a los socialistas de otras tendencias; después apartaron a los obreros y campesinos mismos del timón de la barca del Estado, mientras continuaban gobernando el país en su nombre. Los comunistas sustituyeron ese poder que usurparon por el dominio arbitrario de los comisarios sobre el cuerpo y el alma de los ciudadanos de Rusia soviética. Contra toda razón y contra la voluntad de los trabajadores, comenzaron a construir tenazmente el socialismo de Estado, con esclavos en lugar de trabajadores libres.

Luego de desorganizar la producción bajo el sistema de «control por los obreros», los bolcheviques procedieron a nacionalizar las fábricas y talleres. Los trabajadores se transformaron de esclavos de los capitalistas en esclavos de las empresas estatales. Pronto esto no fue suficiente, y entonces planearon introducir el método de trabajo acelerado al máximo: el sistema de Taylor. Todo el campesinado trabajador fue declarado enemigo del pueblo e identificado con los kulaks (campesinos ricos). Con gran energía los comunistas se dieron a la tarea de arruinar a los campesinos, ocupándose ellos mismos de crear granjas estatales (las estancias del nuevo terrateniente, el Estado). Esto es lo que los campesinos han recibido del socialismo de los bolcheviques en lugar del libre uso de las tierras que acababan de conquistar. A cambio del cereal incautado y las vacas y caballos confiscados, recibieron incursiones de la Cheka y pelotones de fusilamiento. ¡Excelente sistema de intercambio en un Estado de trabajadores: plomo y bayonetas por pan!

La vida de los ciudadanos se volvió desesperadamente monótona y rutinaria. Uno vivía de acuerdo con las tablas cronológicas fijadas por la autoridad que correspondiera. En lugar del libre desarrollo de la personalidad individual y de una vía de trabajo libre, surgió una esclavidtud extraordinaria y sin precedentes. Todo pensamiento independiente, toda crítica justa a los actos de los gobernantes criminales se transformaron en un delito castigado con la prisión, y a veces incluso con la ejecución. En una «sociedad socialista» comenzó a florecer el castigo capital, esa profanación de la dignidad humana.

Tal es el brillante reino del socialismo al cual nos ha llevado la dictadura del Partido Comunista. Hemos obtenido el socialismo de Estado con soviets de funcionarios que votan obedientes de acuerdo con los dictados del Comité Central del partido y sus infalibles comisarios. El lema «quien no trabaje no comerá», fue distorsionado por el nuevo orden «sovietico» y transformado en «todo para los comisarios». Para los obreros y campesinos y la intelligentsia trabajadora sólo queda el trabajo descolorido y sin descanso en un ambiente carcelario.

La situación se ha vuelto intolerable, y Kronstadt Revolucionaria fue la primera en romper las cadenas y los barrotes de hierro de esta prisión. Está luchando por un tipo diferente de socialismo, por una República Soviética de trabajadores, en la cual el productor mismo será el único dueño y podrá disponer de sus productos como le parezca adecuado.

IZVESTIA
16 marzo 1921

viernes, 10 de marzo de 2017

REVISTA 'AMOR Y RABIA', 67: «EL HOMBRE QUE FUE JUEVES»

El texto que aquí presentamos no puede considerarse anarquista en modo alguno: su autor, Chesterton, años más tarde se convirtió al catolicismo, y en el texto mismo se cuestiona la ideología anarquista. Al mismo tiempo se muestra como es el mismo Estado el que, con la excusa de combatir el terrorismo, se infiltra en los grupos terroristas y los acaba dirigiendo.

Es este un tema de permanente actualidad: en EEUU, por ejemplo, según Human Rights Watch, en casi todos los casos de terrorismo islamista había infiltrados del FBI, hasta el punto de ser imposible distinguir si estaban infiltrados para impedir atentados o para que se llevaran a cabo; en Alemania, la red terrorista neonazi NSU estaba trufada de infiltrados y colaboradores de la policía y los servicios secretos, los cuales se han dedicado a destruir documentación relacionada con el caso cuando ha salido a la luz; y recientemente se ha descubierto en España el montaje policial de una supuesta «célula islamista» inventada por un confidente.

Todo esto no son meras chapuzas, sino la punta de un iceberg. Varios ejemplos demuestran el uso del terrorismo por el estado como herramienta contra la izquierda: en EEUU, el programa Cointelpro del FBI y la Operación MHCHAOS de la CIA consistían en la infiltración de las organizaciones de izquierda para destruirlas por dentro favoreciendo tendencias extremistas; en Europa, la Red Gladio de la OTAN impulsó la «estrategia de la tensión», que consistía en la creación y/o manipulación de grupos terroristas de extrema izquierda y derecha para crear un clima de guerra civil larvada que lograse desmobilizar a la población o, en caso contrario, justificase la puesta en marcha de un golpe de Estado, como ocurrió en Chile en la última etapa del gobierno de Salvador Allende.


Un detalle curioso: este libro fue publicado a comienzos de 1908, poco antes de los escándalos Rull y Azeff, hoy (desgraciadamente) olvidados, y que confirmaron que lo que había escrito Chesterton era una trágica realidad. El escándalo de la red terrorista de Joan Rull destapó cómo la burguesía clerical catalana, con el apoyo de tres gobernadores civiles, se dedicaron a sembrar bombas en Barcelona durante años para utilizarlo como excusa para reprimir el anarcosindicalismo. Un ex-agente de Scotland Yard, Charles John Arrow, fue contratado para investigar quién estaba detrás de los atentados y confirmó la autoría patronal/estatal del «terrorismo anarquista», lo que dio lugar al proceso y ejecución de Joan Rull, el organizador, en agosto de 1908.

Meses más tarde, en noviembre, el Partido Social-Revolucionario ruso descubrió que el jefe de su Organización de Combate, Azef, responsable de asesinar a Pleve, ministro del Interior, y al Gran Duque Sergio, era un infiltrado de la policía secreta rusa. En este caso, Azef era un peón en una lucha de poder en la cúpula del poder zarista, que enfrentaba al primer ministro Witte y su intento de industrializar Rusia con sectores de la aristocracia favorables a un imperialismo paneslavista aliados con Inglaterra.

Sirva este texto como entretenimiento, pero también como aviso, para recordarnos que el Estado está dispuesto a todo para aplastar cualquier disidencia.



martes, 7 de marzo de 2017

CICLO DE MUJERES ANARQUISTAS-EMMA GOLDMAN


«Habrán dado al mundo el primer ejemplo histórico de cómo se debe hacer la revolución»
Frase de Emma Goldman referente a las colectivizaciones de CNT en 1936-37
2 marzo 2017

Emma Goldman nació en Lituania, pero emigró a Estados Unidos en busca de la libertad, huyendo de un matrimonio acordado por su padre a los 15 años de edad.

Los acontecimientos acaecidos durante la jornada del 1 de mayo de 1886 y los Mártires de Chicago la hicieron ver con claridad sus ideales, marcando el comienzo de una vida dedicada a defender la ideología anarquista.

Escritora y gran defensora de la emancipación de la mujer. Emma divulgaba propaganda por la defensa de las mujeres, el amor libre y los métodos anticonceptivos.

Fue detenida y encarcelada en varias ocasiones por sus ideas anti-autoritarias.

Viajera imparable, volvió a Rusia sumándose a la sublevación anarquista de Kronsdat, época en la que escribió una crítica al movimiento comunista, titulada: Mi desilusión con Rusia.

Visitó España en tres ocasiones (1936-1937-1938) donde se solidarizó con la lucha de CNT, simpatizando con Federica Montseny. Entre sus muchas obras se encuentra una carta que escribió después del asesinato de Buenaventura Durruti, Durruti ha muerto, pero todavía vive y Visión en llamas, un relato sobre la Revolución social española.

El 14 de mayo de 1940, muere en Toronto (Canadá), pero el país no permite que sea enterrada por ser considerada una mujer peligrosa por lo que finalmente acabó siendo trasladada a Chicago. Su sepultura se encuentra situada en el mismo cementerio donde están enterrados los asesinados de Haymarket